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La importancia de mezclar a oído


Dentro de lo que al mundo del DJ respecta, mezclar a oído es una habilidad que no todos logran a la perfección. Su dominio requiere de mucha práctica y paciencia... pero una vez que se logra desbloqueas una herramienta indispensable para tus horas arriba de la cabina. Un salvavidas que nunca vas a saber cuando lo tenes que utilizar, pero mejor dejárselo puesto antes que ni ponerselo. Es por esa razón que les traemos todas las ventajas que conlleva saber mezclar sin mirar el BPM y siguiendo tu instinto musical.
 
¿Qué significa mezclar a oído?

Los avances tecnológicos que se presentan en estos días permitieron una mayor simplificación del trabajo en todos los rubros habidos y por haber, y el caso del DJ/músico, no es la excepción. Si pensamos el laburo de los productores, antes requerían de grandes y costosos equipos para poder hacer música, cosa que hoy, con una simple computadora, alcanza y sobra. En lo que al DJ respecta, las posibilidades que brinda hoy una compactera hace que mezclar no sea algo muy complicado, técnicamente hablando. Las pantallas proveen de toda la información necesaria para que puedas mezclar casi con la vista más que con el oído, aunque antes no era así... Cuando solo estaban los vinilos, el trabajo del Disc-Jockey era pura y exclusivamente con la escucha, algo que lo metía de lleno en la mezcla para generar una conexión que hoy se perdió un poco con estas facilidades que se mencionaron anteriormente. En este caso, todo tipo de información adicional a lo que reproduce el vinilo era inexistente.


El arte de mezclar a oído requiere de mucha práctica y paciencia por sobre todo. Nada se hace de la noche a la mañana, pero una vez que se logra, la satisfacción de escuchar como dos tracks en vinilo no zapatean es inexplicable.

 
¿Por qué hay que saber tocar a oído?

Como dice el dicho "siempre hay que estar preparado para todo", porque uno nunca sabe cuando pueden llegar a suceder las cosas...


El saber mezclar a oído primero y en principal le permite a uno aprender como la profesión se ejecutaba hace 30 años atrás, entender cual era el real trabajo del DJ y lo complicado que era a diferencia de hoy. Tener ese contacto con el vinilo y la música, poner la púa, lanzarlo y casi sin la existencia de botones.


Además tenés la posibilidad de estar listo por si algunos equipos te llegan a fallar, algo que puede ser muy recurrente en cualquier fiesta, porque no están hecho para ser indestructibles, y ese día que fallen justo te puede caer a vos. Otro caso puede ser si el equipo no te lee el track o no te tira el BPM, ahí no queda otra que usar el oído al 100%.

 
Vinilos

Los discos de vinilo (o gramofónicos) son un medio de almacenamiento de sonido analógico en forma de disco de policloruro de vinilo, el cual se estría en una forma espiral modulada. El surco empieza cerca de la periferia del disco y termina cerca de centro.


Existen en diferentes tamaños y se los puede clasificar dependiendo:

  • De su diámetro (pulgadas): 12", 10" y 7".

  • De su velocidad angular en Revoluciones Por Minuto (RPM): 45, 33 y medio, 78.

  • De la cantidad de material que contienen: Sencillos (una canción por lado), Extended Play (3-5 canciones) o Long Play (más de 5 canciones).


Calidad


No todos los discos de vinilo son iguales. Ni mucho menos. Su calidad de sonido depende de tres factores esenciales: de la toma de sonido (al igual que cualquier otro formato), del máster del que procede, del prensado y proceso de fabricación del disco. Si alguno de estos eslabones de la cadena falla, su calidad de sonido se resentirá.


¿Dónde y cuándo surgió?


El primer vinilo fue grabado por Enrico Caruso, cantante italiano, en el año 1902. Este llegó a vender 1 millón de copias. En términos masivos, fue introducido oficialmente en 1948 por la compañía Columbia Records en los Estados Unidos como una evolución muy mejorada de los anteriores discos de 78 rpm (mucho más frágiles debido a su material). Actualmente, el término vinilo se suele utilizar para indicar en particular el formato LP (discos de 30 cm girando a 33⅓ revoluciones por minuto).

 
Falla la compactera

Como se mencionó antes, los equipos no están hechos para durar toda la vida. El uso que se les da diariamente pueden desgastarlos y que, por consecuente, empiecen a fallar. ¿Qué sucede si de repente no te tira el BPM del track o te muestra algo que no es correcto? Si supieras mezclar a oído, no habría mucho problema, pero si no tenes afilada esta forma de empatar los tracks, lo que parecía una buena noche termina siendo una película de terror.


La tecnología es impredecible en todos sus aspectos, es por eso que no es recomendable confiar mucho en ella y delegarle casi todo el trabajo que es de uno. Tomar las riendas de la situación y saber manejar las cosas independientemente de la tecnología hará que estos momentos sean solo sustos y no problemas sin resolver.

 
Grimes

Para los que no lo vieron, lo que le sucedió a Grimes en el festival Coachella representa fielmente lo que le puede llegar a pasar a alguien sino sabe mezclar a oído. En este caso, a mitad del set las compacteras que estaba usando la artista canadiense empezaron a fallar y a tirarles otro número de BPM que no era el original. Como consecuencia, no pudo mezclar ya que no sabía hacerlo a oído y no lograba calcular el valor original de los BPM.



Esto trajo consigo mucho repudio por parte del público presente y en redes sociales. Si Grimes hubiese sabido mezclar a oído, todo esto nunca hubiese pasado...

 
Conexión con la música

Ya sabiendo el salvavidas que puede ser saber mezclar a oído en ciertas ocasiones, también hay un punto a destacar que tiene que ver con cuanto uno se conecta con la música. Cuando se habla de compacteras, las pantallas toman un protagonismo en el DJ desmedido, a tal punto que le prestan más atención a la pantalla que a lo que escuchan. Esto trae como consecuencia una menor conexión del artista con la música y, al mismo tiempo, con el público. El poder meterte de lleno en la mezcla, en lo que está sucediendo con el track y como se desenvuelve, genera una mayor fluidez en las mezclas y una más optima selección musical.

 
La vieja escuela

Mezclar con vinilos es un arte que pocos pueden dominar (y bastante costoso), pero que si lo logras, podes llegar a ser respetado por muchos más colegas que si tocaras con compacteras. De todos modos, esto no quiere decir que uno sea mejor que otro, son cosas totalmente diferentes, pero poder salir a tocar con vinilos, sabiendo los nervios que hay en la cabina por todas las cosas que comprenden la noche, no es para cualquiera. Acá no hay un SYNC que te salve o un BPM que te marque la velocidad, acá es trabajo 100% de oído. Si uno quiere hacerle honor a su hobby/trabajo que tanto ama, debería, si puede o tiene las posibilidades, de por lo menos probar o tratar de aprender a mezclar como lo hacían las leyendas y fundadores de estos géneros que llevaron la música electrónica hacia lo más alto.

 
DJs

En el mundo hay muchos DJs que optan por seguir utilizando este formato tan sagrado. Entre ellos se encuentran artistas como Sven Vath, Hector Oaks, Adiel, Sol Ortega, E110101, Miguel Silver, Helena Hauff, quienes, entre muchos otros, mantienen el vinilo como herramienta indispensable de sus actuaciones.







 
Sol Ortgea


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