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Entrevista a Carlos Willengton



Un crack como persona, un crack como DJ y un crack con sus palabras. Nada lo define mejor que esto al jefe de los vinilos Carlos Willengton, con quien tuvimos el placer de charlar acerca de su extensa carrera, su pasión por los discos y como el mundo de la tecnología cambió por completo la labor del DJ, entre muchas otras cosas.
 
¿Cómo describirías tu batea? ¿Qué podemos encontrar?

Son discos que en su mayoría fueron comprados con la intención de hacer bailar y a lo largo de los años las tendencias han ido cambiando continuamente, por lo cual hay de todo... Tengo desde los primeros que compré a finales de los 70s hasta los más recientes producidos en 2024. Es imposible describir lo que hay brevemente pero la mayoría son de Disco Funk, House y Dance.

 
De joven tomaste una gran decisión, que fue mudarte de continente por la música. ¿Qué sentiste al tomar esa decisión y como fueron los primeros años lejos de casa?

Cuando viajé a España por primera vez fue porque recibí una invitación para ir a hacer una temporada de verano y la idea era vivirlo intensamente pero mi objetivo principal era comprar los discos del verano en Europa para volver a Uruguay con toda esa música recién salida. Era algo muy importante porque en aquella época, a finales de los 80s, la música tardaba varios meses en llegar a Sudamérica. Después de los primeros veranos me quedé a vivir en España y lo hacía al revés, viajando a Uruguay solo para pasar el verano y llevar la música recién salida en Europa. Al quedarme a vivir en España me adapté bastante bien, al principio extrañaba a mi gente pero no era muy duro porque sabía que estaría volviendo bastante seguido a Uruguay. También veía muchas oportunidades de avanzar como DJ por existir un mercado más amplio y eso compensaba los esfuerzos.

 
A la hora de comprar discos, ¿Qué factores tenés en cuenta?

Actualmente compro sobre todo los discos que creo que pueden funcionar bien en mis sesiones en vivo y por supuesto también compro algunos simplemente porque me gustan y la verdad es que creo que siempre ha sido así. La diferencia puede estar en que antes compraba más pensando en la pista y aunque un tema no me terminaba de gustar lo compraba igual porque podía funcionar y ahora en cambio si no me gusta, no lo compro. 



 
¿Te imaginas a tus hijas mezclando discos?

Alguna vez han estado en mi estudio jugando un poco con los vinilos pero no se han enganchado... Lo ven como algo "de papá", que no es para ellas. Quizás en algún momento se interesen por el tema y sería muy bonito poder transmitirles conocimientos. Pero por mi parte no voy a forzar esa situación. Tiene que surgir de forma natural y si lo hacen que sea porque les motiva y les llena, no porque lo digo yo.

 
¿Cómo era ser DJ en los años 80 ?

Hermoso. La música que salía te sorprendía constantemente y las sesiones eran muy variadas y con muchos cambios de ritmos y de estilos durante la noche. Era como subirte a una montaña rusa. También fue una etapa en la que hacía las cosas a puro corazón y al estar en plena adolescencia todo tenía mucha más trascendencia. No existía el Star System que hay ahora, estabas en un rincón poniendo música toda la noche un disco tras otro sin importar si figurabas o no. 

 
¿Qué cambios crees que trajeron las redes sociales a la escena electrónica?

El tema da para mucho... pero empezaré diciendo que internet lo cambió todo. Pasamos de tener que viajar miles de kilómetros para ir a buscar música a tenerla en listas en las web y descargarlas sentados cómodamente en casa. Las redes sociales lo que han cambiado es que han permitido la visualización del trabajo de los DJs, Lo que hagas en tu estudio a los pocos minutos lo pueden haber visto desde todo el planeta. Y esto es aplicable también a productores o eventos. El fenómeno de los festivales, por ejemplo, no hubiese sido tal sin las imágenes que se generan. Lo quieras o no, hablamos de música y lo que suena es importante pero estamos en la era de la imágen.

 
¿Qué hay que tener como artista para destacarse?

Creo que lo más importante es tener talento pero también una identidad propia. Puede ser que alguien triunfe copiando pero por lo general destacas cuando lo que haces es especial o tiene algo diferente que conecta con el público. 



 
¿Desde cuando tuviste la convicción que la música iba a estar siempre en tu vida ?

Cuando empecé a comprar mis primeros discos y hacía bailar a mis amigos en pequeñas fiestas supe que quería hacer eso cuanto más tiempo mejor. Era mi pasión y siempre buscaba la forma de armar algo para pasar música y hacer bailar a la gente y con mis amigos juntábamos los discos de unos y otros y alquilábamos equipos para hacerlo posible. También recuerdo que una vez vinieron unos amigos de mi hermana para su fiesta de cumpleaños a nuestra casa con un equipo profesional y al finalizar la fiesta lo dejaron para pasar a buscarlo en otro momento, esa noche y el día siguiente me quedé mezclando todo el tiempo... si hubiesen tardado una semana en venir a buscarlo, me hubiese pasado los 7 días sin dormir... 

 
Habiendo vivido más de 30 años en Europa, ¿Qué diferencias encontrás respecto a la escena sudamericana (Uruguay, Argentina, Brasil, Chile)?

Creo que está todo muy globalizado. Los aviones no paran y la gente va y viene continuamente compartiendo experiencias y conocimientos... En los últimos años he tocado en unos 30 países de 5 continentes y no puedo hablar de grandes diferencias entre unos países y otros... La diferencia más importante seguramente está entre lo bien hecho y lo mal hecho, independientemente de la ubicación geográfica. 

 
En la pandemia hubo un antes y un después en tu carrera artística, como llegaste a tomar la decisión de transmitir por redes sociales y que cambió desde aquel entonces?

Al llegar la pandemia se juntaron varias cosas que me permitieron empezar a compartir videos. Dio la casualidad de que hacía unos meses había montado el estudio en el garage de mi casa y también desde hacía un tiempo me había propuesto juntar los discos que tenía desparramados por diferentes sitios y empezar a comprar los que me hicieran falta para armar buenos sets. Solo me faltaba un motivo para empezar a hacer algo y se dio la situación de que tenía todo el tiempo libre y todo el mundo estaba en su casa con ganas de entretenerse. Yo en ese momento contaba con una base de seguidores de mi entorno porque llevaba muchos años haciéndolos bailar. El primer día del confinamiento hice un directo para ellos por Facebook y mucha gente lo siguió, por lo cual dije que cada día haría un set de una media hora. Una vez que terminaba el set hacía recortes de los momentos de las mezclas y los subía a Instagram y ahí poco a poco empezaron a entrar seguidores de diferentes países. Al poco tiempo empecé a recibir invitaciones para hacer sets para colectivos de DJs que transmitían por redes, me contactaban desde programas de radios y me pedían sets como DJ invitado, hacía directos para canales de Youtube de diferentes países y cuando me quise dar cuenta estaba virtualmente presente por todo el mundo. Eso me obligó a esforzarme por cumplir con cada compromiso y armar buenos sets para presentar y esa actividad me mantuvo vivo como DJ y me ayudó a crecer. Mientras tanto algunos de mis videos se viralizaron muchísimo y creció aún más mi popularidad y cuando terminaron las restricciones me llovieron las solicitudes para ir a tocar en vivo por toda Europa. Fue una locura!

 
¿Hacia dónde crees que se dirige la escena electrónica?

Podría responderte algo que suene bien para aparentar que lo tengo todo muy controlado pero la verdad es que no tengo la más mínima idea. Puede pasar cualquier cosa. Lo único que te puedo asegurar es que yo no voy a cambiar mi forma de hacer las cosas.

 
¿Qué encontrás en el vinilo a la hora de mezclar que no encontrás en otros formatos?

Trabajar con vinilos tiene un riesgo adicional. Cada mezcla es un desafío y sientes que tienes el control absoluto de lo que pasa.

Sientes que estás jugando el juego en toda su magnitud.

Sé que hay un debate en torno al uso del botón Sync y quien quiera usarlo lo puede usar porque ahí está y la tecnología ofrece facilidades para mezclar la música con un mínimo de esfuerzo, como también se ofrecen facilidades para hacer cualquier otra cosa. Pero usar el Sync es como jugar al tetris y que solo te bajen las barras. Lo respeto porque es una opción y quien quiera que lo use, no pasa nada pero yo no lo haría, me gusta tener que encajarlo todo perfectamente por mi mismo. Creo que ese es el juego y por suerte a mucha gente le gusta verlo y lo valoran.

 
Todas tus presentaciones terminan con la pista prendida fuego y la gente bailando a más no poder, ¿Por qué crees que sucede eso? ¿Cuál es tu secreto?

Cuando ocurre es porque funciona la mágica conexión entre el DJ, la música y el público. Hay algo tan sencillo como fundamental que es buscar la conexión con el público en todo momento y eso se logra con una buena compaginación de las piezas que utilizas. A mí me gusta cambiar de estilos y subir y bajar las emociones y eso resulta ser entretenido y satisfactorio, nadie quiere abandonar cuando siente satisfacción.

 
¿Qué le dirías a alguien que está dando sus primeros pasos en el mundo del DJ?

Que hay que rodar, recorrer, arriesgarse, comprometerse, tener cabeza, aguantar, pelear, tener constancia, trabajar mucho... Nadie te despierta a las 7 de la mañana para decirte que ese sueño tan bonito en el que estás se va a hacer realidad a las 8. Te llamarán si ven que trabajas bien y tienes talento y el camino puede ser largo. Alguien lo habrá tenido fácil pero la gran mayoría de las historias detrás de un éxito hablan de sacrificios, constancia y haber estado haciendo algo bien en el momento en el que surge la oportunidad.

 
¿Qué te choca de los tiempos de hoy?

Nada. Me parece bien lo que haga todo el mundo. Están en lo suyo y por algo lo harán y lo respeto. Se trata de vivir y dejar vivir, sin más.



 
¿Qué es lo que te llevó a estar donde estás ahora?

Todo lo que viví antes. Soy el resultado de todo lo que me salió mal o bien durante décadas, eso me ayudó a ser quien soy. Cosas como haber salido a vender periódicos para comprar mis primeros discos cuando aún era un niño y haberlos cargado bajo lluvia o con un sol que rajaba las piedras para ir a poner música en algún lugar intrascendente me ayuda hoy en día a tomar aviones, trenes, barcos o lo que sea sin quejarme y llegar a tiempo a donde tenga que llegar... Haber sido residente de un club que habría cada noche en los 80s y me pasaba 6 o 7 horas mezclando temas para 2 o 20 o 200 personas según el día, con la obligación de tener la pista animada y mantenerlos en el local como fuera me ayuda ahora a tener psicología y fortaleza mental para no bajar la intensidad. Haber tenido compañeros que me hacían sentir que aquello valía la pena o haber aguantado jefes insoportables en vez de abandonar y dedicarme a otra cosa me permitió estar en el sitio adecuado en el momento preciso... Y también, por supuesto, haber tenido enormes satisfacciones que me impulsaban a seguir adelante... eso siempre me dio alegría y esperanza. Todo lo vivido te enseña, te fortalece y te enriquece por más duro o placentero que sea.

 
¿Qué le dirías a melómanos o DJs que tienen las bandejas con polvo en el ático hace más de 20 años, que por frustración, mala suerte o simplemente porque no se dio, colgaron los auriculares por tiempo indeterminado?

Les diría que nunca es tarde. Si es lo que te gusta, hazlo. En inglés a pasar música se le llama "play", que significa jugar, pues eso... es un juego. De la misma forma que hay gente que está horas jugando con una consola o frente a un ordenador, tú puedes jugar con un par de bandejas y unos cuantos discos buscando tu propia satisfacción.

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